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Cuidado con los "falsos" protectores de bebidas

Cuidado con la falsa sensación de seguridad de muchos protectores de bebidas

¿Por qué hablamos de falsos protectores de bebidas?

Durante la pandemia del COVID-19, todos hemos aprendido que no era suficiente con llevar mascarilla. Si queríamos la máxima protección, teníamos que colocarnos la mascarilla bien puesta.

Con los sistemas de protección contra la sumisión química ocurre algo similar. La verdadera protección solo se consigue con medidas realmente eficaces. Sin embargo, a menudo se transmite la impresión de que cualquier cosa vale. Y con mucha frecuencia son los propios organismos que dicen defender y proteger especialmente a las mujeres de las consecuencias de la sumisión química los que ofrecen medidas engañosas y hasta ridículas que no protegen de nada.

Los tapavasos como falsos protectores de bebidas

Por ejemplo, los tapavasos que no cierran herméticamente o no se adhieren al vaso, son falsos protectores de bebidas. Los tapavasos de papel que con la bebida se humedecen y pierden consistencia, también son falsos protectores de bebidas. Los productos que no cumplen con los requisitos para su uso alimentario (tintas, adhesivos,…) son falsos protectores de bebidas. Son como las mascarillas que no se llevan bien colocadas. No sirven para nada, pero generan una falsa sensación de protección muy peligrosa.

Manipulación de falsos protectores de bebidas al aire libre

Todos aquellos productos que son manipulados fuera de un entorno protegido (por ejemplo, al aire libre) por personas sin ningún tipo de protección tampoco pueden considerarse saludables. Y sin embargo es frecuente ver cómo algunos ayuntamientos lo hacen en sus “puntos violetas”.

Al ver el video comprobarás que…

Se llama «Tapavasos» a unas tapas de cartón que están totalmente sueltas y que no tienen ningún tipo de sujeción al vaso o copa, es decir, que simulan tapar el vaso, pero que no ofrecen ninguna protección.

La superficie de los «tapavasos» está en contacto con elementos que pueden cotaminarlos. La parte que puede entrar en contacto con la bebida no está protegida.

Cada «tapavasos» se toca para añadirle la pajita. Ambos elementos son manipulados en el exterior sin ningún tipo de protección higiénica, ni siquiera guantes.

Una persona pasa de tocar el móvil a preparar kits de «tapavasos» con pajitas, sin tener en cuenta que, las pantallas de los teléfonos móviles pueden albergar hasta 600 tipos de bacterias (30 veces más que la taza del váter), según un estudio de la Universidad de Barcelona.

Después de ver este ejemplo, es más fácil comprender por qué hablamos de la falsa sensación de seguridad que producen algunos protectores de bebidas. No solo no se protege de la sumisión química sino que se añaden risegos contaminantes al consumo de la bebida.

Desde Tapavasos, propugnamos un código ético que impida que los usuarios se sientan protegidos, de algo con tanto riesgo como las drogas, cuando no lo están.

Las campañas publicitarias de autobombo no deben ser el único objetivo de este tipo de acciones. Lo más importante es proteger eficazmente a las víctimas de las consecuencias de la sumisión química.

Cuidado con los falsos protectores de bebidas

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